miércoles, octubre 31, 2007

p a t i O

La gata zigzagueaba entre las macetas. Las palmas de los helechos abanicaban a las plantas más chicas. Las raíces tejían despacio en la tierra húmeda. Un zorzal se sacaba las pulgas arriba del tanque de agua. El agua tintineaba en la rejilla en dirección a la vereda. Nada era natural.