La gente odia que le digan que no, más cuando anda en grupo, básicamente no lo soporta, nunca se divierten solos, y presionan de tal manera, encaprichados, no les entra por ningún lado que uno no tenga ganas de sumarse a la fiesta, decis que no y es como si les escupieras el trago. Empiezan a oler mal. Siempre hay alguno que es el primero en notarlo, y en poco tiempo ya están todos incómodos, con ganas de dispersarse de tamaña infección. Pocas cosas son peores que no aceptar una invitación. La ocurrencia más frecuente es que uno es “raro”, o “resentido”, “complicado”, y cuestión zanjada. Salimos del edificio y se comenzaron a formar grupos cerca de la puerta. Yo ya bajaba en silencio, y dentro del mismo silencio me desvié hacia los cajeros automáticos. Me quería evitar la charla obligada de la despedida, los comentarios sobre tal o cual cosa que había dicho la psicóloga, las citas grupales que se repetían como un tic nervioso, un cafecito, una cena, etc. Éramos un grupo de nuevos empleados haciendo el curso de adaptación en la casa central de la empresa. De vuelta en la vereda me acerqué a un grupo y pregunté por alguien. No sabían, no lo habían visto, ya se había ido. Organizaban una salida para el fin de semana, me despedí rápidamente para que no se sintieran obligados a invitarme. En el último grupito estaba A. Movía los brazos intentando hacer malabares con el amor de su público, le gustaba llamar la atención, y como yo no le daba bola me tenía entre ceja y ceja. No dejaba de hablar, las caras lo miraban un poco ausentes ya. Pasé junto a ellos, A. estaba de espaldas, ya le había rechazado suficientes invitaciones y quería zafar de tener que inventar excusas nuevamente, se giró como una madona, me miró de pies a cabeza y al llegar a la cara me soltó: chau pablo. Tenía en los ojos disputa, ironía, una risa socarrona, me decía, sé que te estás escapando, sé que no querés sumarte a mis juergas y no te voy a invitar, no, no te preocupes, anda nomás. Contesté sólo ¡chau! manteniendo el paso.
jueves, marzo 06, 2008
otro golpe para la democracia
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